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domingo, 27 de noviembre de 2016

Un policía cumple el sueño de la fiesta de 15 para tres muchachas

Cuando el suboficial Franz Luna vio que Doris, Noemy y Nayeli ingresaban al local Karioca con sus vestidos de gala se le humedecieron los ojos y dijo: "Misión cumplida”.

El policía trabaja en la Patrulla de Auxilio Ciudadano (PAC), pero se caracteriza por realizar actividades en beneficio de la gente necesitada. Con ese objetivo, hace dos semanas se acercó a la Fundación Cuerpo de Cristo, en El Alto, para hacer conocer su inquietud de hacer una fiesta de 15 años si es que en el Hogar del Niño había alguna adolescente.

"Fue una sorpresa para mí cuando me dijeron que habían tres niñas. Una de ellas ya había cumplido 15 años en agosto, la otra cumplía en noviembre y la tercera en diciembre. Decidí hacer la fiesta para las tres, para que nadie se sienta mal”, cuenta.

Doris, Nayeli y Noemy viven en el hogar hace muchos años. Su familia son adolescentes y niños que crecieron junto con ellas.

La primera prioridad era encontrar el salón para la fiesta. "Fui donde mi prima que tiene una amiga dueña del local Karioca. Le conté mi idea y sin pensarlo me dio el local gratis, le prometí que íbamos a dejar todo limpio”, dice Luna.

Era el turno de buscar amplificación. Luna llegó hasta la telefónica Viva para buscar ayuda, uno de los encargados se comprometió a pagar todo el servicio, ayudó "a ojo cerrado”.

Pero el suboficial quería que haya música en vivo. En su primer intento con una banda le fue mal, entonces acudió a uno de líderes de Los Brothers, quien aceptó tocar en la fiesta. "Teníamos ya casi todo”.

Paralelamente, la Policía Boliviana se hizo cargo de pagar la confección de los tres vestidos de 15 años. Con diseños modernos color salmón para las tres muchachas, volados y detalles con encajes, las prendas robaron las miradas de todos los que participaron en la celebración.

Faltaba el peinado. "Fui donde mi amigo estilista Rodolfo Paz, le expliqué que quería que me ayuden a dejarlas muy bonitas y él me ofreció la sucursal de El Alto y corrieron con todo el servicio de peinado y maquillaje”, señala.

La idea era festejar a lo grande. Luna quería que el salón se llene de invitados y que las cumpleañeras tengan muchos regalos.

Sin parar ni un solo día, el suboficial llegó hasta el colegio Jesús Obrero para pedir que los estudiantes de cuarto de secundaria vayan a la fiesta. "La directora aceptó de buen agrado, llegaron 100 chicos a la fiesta y les regalaron a las niñas tres peinadores”.

Los pajes. En una fiesta de 15 años no deben faltar los pajes. "Fui hasta la Escuela Básica de la Policía y hablé con mis superiores, les conté que quería gente y me ayudaron bastante.

Mandaron a estudiantes y con ellos ensayamos el vals del acto central. Nos quedó bien”, recuerda.

Un vecino del policía se brindó a elaborar la torta para al menos 200 personas y los zapatos de las quinceañeras fueron comprados por la Fundación Cuerpo de Cristo.

Ya estaba casi todo listo. Un día Luna estaba en la calle, cuando un grupo de mariachis se le acercó para preguntarle una dirección, él le indicó la misma y "por si acaso” les contó sobre la fiesta. Ellos, sin pensarlo, decidieron cantar gratis.

El suboficial fue al encuentro de las tres cumpleañeras cuando terminaron de cruzar la puerta que las llevaba al salón decorado y con luces. Minutos antes habían bajado de una limusina, cuyo servicio lo encontró Luna por internet, el dueño se unió a la causa y dio el vehículo sin ningún costo.

"Fue una tarde de ensueño. La fiesta comenzó a las 14:00 y terminó a las 20:00. Todos nos alegramos más que todo por ellas, por ver sus caritas felices. Hubo regalos de los jefes policiales y de otras empresas. Todo salió bien”, comenta Luna.

Las muchachas le agradecieron el esfuerzo luego de la celebración. "Todo se da porque Dios ayuda, cuando tienes una idea buena él nos ayuda. Voy a seguir ayudando, los policías también tenemos corazón”, dice emocionado.

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