Joana V. de la Rocha Daher - El Deber
Esta es una jovencita que brilla cual estrella cuando se para sobre el escenario, su voz dulce y sus palabras de fe son capaces de calar hasta el corazón más duro. María Nazareth Claure, la cantante cruceña que lleva 13 años de ser invidente, hoy pasa de ser una niña a convertirse en una linda mujer, cumple 15 primaveras. Esta fecha tan especial será celebrada en una fiesta, como la que siempre soñó, que fue organizada por personas que la aprecian y que reconocen su talento.
Desde su vivienda, en el barrio Cristo Rey del Plan Tres Mil, María Nazareth conversó con Sociales&Escenas sobre sus inicios en la música, su evolución y sus planes a futuro, así como de acontecimientos personales que la hicieron madurar de prisa y que la enfocaron en cumplir cada uno de sus sueños y, por qué no, soñar, si ella está segura de que los puede realizar mirándolos con los ojos del corazón.
¿Desde qué edad cantás?
Desde que tengo dos años, pero a los cinco lo hice frente al público por primera vez, canté a capela para mi grupo de oración y ese momento se convirtió en uno de los más importantes de mi vida. Amo cantar, es la forma que tengo de comunicarme con las personas y de conocerlas. Por eso estuve dedicada a la música cristiana, para conectarme con Dios y agradecerle por todas las bendiciones y la ayuda que me dio.
María Nazareth nació sana... ¿qué sucedió?
Simplemente fui perdiendo la vista cuando tenía un año y medio, es hereditario porque mi madre biológica, Neida Baldiviezo, también es ciega, pero de nacimiento.
¿Nunca te sentiste desalentada?
No, porque ser ciega no es un impedimento en mi diario vivir, me considero una chica normal. No me cansaré de perseguir mis sueños, lucharé todos los días.
¿Cuáles son tus actividades diarias?
Voy al colegio Manos Unidas; asisto a clases de canto y de guitarra, en la escuela de música Preludio; al centro Aprecia, donde me capacitan en cocina, braille y orientación; paso clases de inglés en el CBA y también me hago tiempo para realizar mis tareas.
Entre todas estas actividades, ¿el canto es la profesión que deseás seguir?
Sí, es mi profesión y la ejerceré toda la vida. Además quiero ser profesora de música y viajar por el mundo con esta carrera. Por eso estudio inglés, porque considero que es necesario para presentarme en escenarios del extranjero y ante el público de otras culturas.
¿Cómo ha sido tu carrera musical?
Ya tengo cuatro discos de música cristiana, el primero lo grabé a los siete años, el segundo a los ocho, el tercero a los nueve y el cuarto a los 12; ahora estoy por lanzar el quinto, solo falta la portada. Todo ha sido gracias a las gestiones de mi tía abuela Eloisa Vaca (72), a la que le digo ‘mamá’ con el alma, porque nos crió a mí y a mi mamá (biológica) con mucho esfuerzo y amor.
¿Cuándo escucharemos tus propios temas?
Hasta el momento ya compuse una canción que estará incluida en el sexto disco y probablemente incorporaré otras dos de mi autoría. Esta nueva producción contendrá música contemporánea bailable y romántica.
¿Dejarás la música cristiana?
No dejaré de cantar para Dios, estoy muy agradecida con él.
¿Qué significa para vos cumplir 15 años?
Significa mucha vida que Dios me regaló, la dicha de tener una familia que me cuida y apoya, de haber conocido a una gran cantidad de gente que me da su cariño, como
EL DEBER, que me obsequió un día maravilloso, los sueños que cumplí y los que deseo alcanzar. Me siento afortunada de estar viva, por eso hoy tendré una misa de acción de gracias en la capilla San Joaquín y Santa Ana. El viernes será mi fiesta, organizada por el programa No Mentirás, de PAT
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